Vilna es la capital de lituana y una de las ciudades más pobladas del país. La ciudad cuenta con un gran pasado, que es visto por muchos viajeros como algo interesante, por lo que la mayoría de los viajeros van a la ciudad con la finalidad de conocer más sobre los secretos que puede haber ocultos en esta gran ciudad de estilo medieval, clásico y moderno. La capital lituana puede ser recorrida cualquier época del año, pero la más indicada es durante la época de verano, ya que el invierno no es apto para todos los viajeros.
La capital lituana cuenta con uno de los cascos históricos más grandes de toda Europa. La ciudad tiene un gran centro histórico, donde hay muchos edificios emblemáticos, edificios que son recorridos por viajeros con mucha fascinación y por los locales de manera rutinaria. El centro cuenta con muchos restaurantes y centros de ocio, lo que lo hace perfecto para comenzar un recorrido por la ciudad.
Una ciudad muy tolerante. La capital lituana también es la capital de la tolerancia, ya que en el centro se puede observar diferentes templos religiosos, que hacen vida muy cerca y sin ningún problema. En una calle puede haber unos dos templos religiosos diferentes y en vez de ser un problema, son una forma de vida. La ciudad es una de las más tolerantes de toda la región oriental de Europa.
La ciudad tiene un mosaico de la suerte. Frente a la catedral de Vilna hay un mosaico, que fue donde comenzó la cadena humana llevada a cabo por los habitantes de la ciudad, quienes estaban en contra del dominio soviético. Dos años luego de la cadena, la nación fue independizada de la URSS, por lo que se levantó un mosaico como recuerdo donde inicio la cadena y hoy en día el lugar es considerado como de buena suerte.
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